lunes, 19 de septiembre de 2011

De Jalal-Abad a Uzgen (13a Etapa)

Tras un día de descanso en Jalal-Abad paseando por los bazares más próximos al hotel, cercanos a la calle Lenina, y siendo muy prudentes en la comida y bebida, salimos en dirección a Uzgen u Ozgon. 

La intención es ir hacia Osh, pero como una lengua del territorio uzbeko se adentra en tierras Kirguis, es imposible trazar una línea recta (a no ser que se disponga de los visados pertinentes) y tenemos que dar un gran rodeo para llegar a la meta de nuestro viaje. 

Así que tras un ligero desayuno en la terraza del hotel salimos por la carretera, ya perfectamente asfaltada, en dirección a Uzgen. Como todas las salidas y entradas de las grandes ciudades kirguis, Jalal-Abad también se nos presenta algo caótica, y tenemos que preguntar varias veces para asegurarnos de que la dirección es la óptima. 

A pesar de levantarnos temprano para salir con el fresco de la mañana, incidentes relacionados con la colada (nos daban la mitad de la ropa que habíamos mandado a lavar) nos hacen salir cuando el sol ya está alto y calienta bastante. El calor, la flojera producida por el dolor de barriga de los últimos 2 días y un pequeño cuello inesperado de unos 400m me desmoralizan un poco. Es increíble que este cuello me esté costando tanto. De nuevo no hay una sola sombra bajo la que ampararse, y como no! el alto está encumbrado por un monumento soviético, que aprovechamos para refugiarnos del sol. Si os encontráis con este cuello vale la pena comprar algo de agua antes de empezar el ascenso, pues las tiendas que se van encontrando a lo largo de la carretera desaparecen cuando más se necesitan. 

Xavi refugiándose bajo la alargada sombra del monumento. 

El descenso, esta vez muy disfrutón, lo hacemos en muy poco rato, en este punto alcanzamos nuestra velocidad máxima de toda la ruta, que no podemos calcular porque nos ha desaparecido el velocímetro en Jalal-Abad. 

Tras descansar en el primer restaurante que encontramos tras el pequeño cuello, seguimos la ruta bajo un sol infame por lo que parecen campos de Castilla en relieve.

Cooperación entre ciclistas. 

Tras cruzar un mercado de ganado que nos encontramos casualmente, entramos en Uzgen, donde buscamos un lugar para dormir en un hotel recomendado en la guía situado en la c/Manas, 74. Según la guía, el acogedor hotel posee curiosas habitaciones decoradas según la estética de los años 50. Según nuestro criterio es un hotel-café venido a menos que podría ser el decorado de la película Psicosis, un lugar donde los años han acumulado un sinfín de chismes de diversa procedencia y con una higiene algo dudosa y donde la familia que lo habita no te hace sentir muy reconfortado. El precio que nos piden, 2000 soms, se reduce a 1200 soms/habitación doble tras un duro regateo, aún así nos parece exagerado para lo que es el lugar, pero no tenemos el cuerpo para seguir el recorrido hacia Osh y, haciendo de tripas corazón, decidimos descansar en esta mansión del terror. 

En el mercado de ganado. 

Por la tarde aprovechamos para visitar el conjunto arquitectónico que hay al otro lado de la calle Manas, compuesto por un minarete y 3 mausoleos. Es triste ver que a pesar unos de los pocos edificios históricos que existen en este país, los que vemos aquí están en pésimas condiciones, llenos de graffitis y suciedad. 


Lenin sigue orgullosamente erguido en algunas plazas del país. 


Vista desde uno de los mausoleos. 

Detalle de la fachada. 

Fachadas bellamente decoradas

Vista del minarete desde los mausoleos. 

1 comentario:

  1. Ya lo tengo claro: la única misión y objetivo de los monumentos rusos es dar sombra, porque de la belleza es mejor no hablar...por Dios...

    Me encanta la foto de Xavi arreglando la bici al niño..jeje...

    Seguro que al Sr. Hitchcock le hubiera salido más barato grabar su película en este hotel....

    Óscar

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